jueves, 2 de diciembre de 2010

La plataforma contra el vertedero de Vva. de la Serena en "El escarbajo verde"

Se titula: Ha nacido una nueva Plataforma, y nos lo describe tal cual fue, Elisabeth Anglarill. Os lo pego a continuación.
 
Ha dejado de llover en Villanueva de la Serena, Badajoz. No me resulta difícil encontrar la Casa de la Cultura, a pesar del tiempo hosco, aún hay gente por la calle que me indica el camino. La reunión que me tiene intrigada todavía no ha empezado. En el hall hay una extraña mezcla de músicos con pajarita o al menos vestidos con elegancia y ciudadanos con apariencia cansada, que llegan de sus trabajos, unos pocos se saludan, pero la mayoría observa con desconcierto el contraste. Ha acabado un concierto y empieza la convocatoria de la Federación de Asociaciones de Vecinos. Yo saludo a uno de mis contactos del reportaje que estamos rodando por la comarca estos días, y que se emitirá en enero. Él me presenta a algunos compañeros suyos del movimiento ecologista.

Va llegando gente. El presidente de la Federación toma asiento con parsimonia en la mesa presidencial, instalada en el escenario y enmarcada en unos cortinajes recios. Le acompañan dos personas más, a las que no conozco. Él mismo comenta que esa distancia entre el escenario y la platea da demasiada formalidad al acto. A mí me parecen un tribunal o los personajes de una obra de teatro experimental al estilo de los 70.

Me entero de que entre el público están representados asociaciones de vecinos, sindicatos y partidos políticos, entidades ecologistas, asociaciones de empresarios e incluso el AMPA de algún colegio. Lo que en los países desarrollados se llama sociedad civil. Y lo que a la vista se traduce en hombres y mujeres de mediana edad, e incluso más; poco traje y mucho jersey de lana; algún móvil despistado y alguna libreta de notas más despistada aún. La luz es tenue y le da un cierto aire clandestino al encuentro, por mucho que sea una convocatoria pública y abierta a todo el mundo.

El presidente da una información completa que es el relato de una amenaza: el proyecto de construcción de una planta de tratamiento de residuos industriales, un vertedero de residuos peligrosos, como ha aparecido en la prensa local. El tipo de infraestructura ante el que cualquiera arruga la nariz. En Villanueva más de uno está con la mosca detrás de la oreja porque afirman que todo el proceso se ha llevado con secretismo, hasta el punto de que varios pasos ya han sido dados, como el estudio de impacto ambiental favorable. 

Este es el polígono Montepozuelo, con los terrenos destinados a este proyecto.

Según la información de uno de los asistentes, que aporta unos cuantos datos más que lee de su libreta con voz alta y clara, al proyecto le falta poco más que la aprobación municipal de la que, en principio, no se duda. 

La reunión es ágil, ya es la hora de la cena y además el local cierra a las diez. Se va al grano: la Federación propone la creación de una Plataforma en contra de esa planta de residuos industriales. El presidente empieza a recabar opiniones y votos, y todos son afirmativos: hay que crear esa Plataforma como mínimo para conseguir esa información que ahora no tienen.

Más allá de las consideraciones medio ambientales del proyecto, que son muchas, de la poca transparencia con que ha ido avanzando - según manifestaban algunos de los asistentes a la reunión -, me fijé en la génesis de esa plataforma, que ya es una realidad. En un momento en el que se pone de manifiesto la apatía de la sociedad, el hecho de ver a unos vecinos salir de su casa una noche fría para ir a discutir si una obra municipal es peligrosa o no para la salud, o si es una inversión razonable, y a continuación oírles apostar por el arduo camino de las movilizaciones es una brizna de esperanza. 

Todavía no sabemos si este asunto será objeto de un reportaje. Queda por ver cómo evoluciona, y en la redacción el equipo de El Escarabajo Verde tendría que haber algunas discusiones al respecto. Pero ahora mismo, unas cuantas personas ya están en marcha pidiendo ser informadas, buscando asesoramiento y a punto de hacer oír su voz. Yo confieso que me escabullo algo antes del fin de la reunión, con ganas de cenar y con la sensación de que a lo mejor he “cazado” un posible reportaje.